Me gustaría estrenar el blog “Visiones del País”
con las tan conocidas y controvertidas Medidas de Austeridad. Unos dicen que
son la solución a la temida crisis y otros que son la condena de la economía y
de la población en general. Ante tales afirmaciones, ¿A quién debemos dar
crédito?
Antes de nada, quisiera manifestar mi opinión al
respecto, que es a favor de la austeridad. Aquella frase que se hizo tan famosa
“Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” no deja de ser la perfecta síntesis
del problema. Con eso, me refiero a qué, por ejemplo, si uno cobra 1000 euros
mensuales (lo cual, hoy en día, es una suerte) y se compra un coche de 16.000
euros, aunque le sea posible comprarlo, deberá estar muy atento a su economía
doméstica a lo largo de los próximos años por haber adquirido un lujo bajo unas
condiciones que no lo permitían.
Aplicado a todo el sistema, si durante cinco años
nos gastamos un capital enorme en viviendas, construcción u otras cosas
“prescindibles”, esto significa que los siguientes tiempos estarán marcados por
el intento de contrarrestar los excesos de los que hemos gozado.De acuerdo con esto, es vital aplicar políticas de austeridad para poder sanear el sistema. Aplicando recortes, debidos a todo lo que excedimos en su momento, se recobrará la estabilidad. El problema principal es que un euro recortado es mucho más doloroso que un euro “disfrutado”.
Se puede ilustrar fácilmente con el tema de la
sanidad. Es posible que, en su momento, la situación financiera de España no
permitiese realizar 100 operaciones cada día en un hospital. La burbuja de 2007
dio la impresión de que se podía, pero quizás sólo se podían llevar a cabo 80
operaciones. Llegados a 2013, la realidad se hace patente y se tiende a
comparar la situación real (80) con la soñada (100). Ahora bien, para compensar
el exceso, no se harán 80 operaciones sino 60. Por supuesto, el contraste de
100 a 60 se hace insoportable.
Ahora bien, esto no termina aquí. No basta con
recortar, recortar, recortar y dejar el sistema en stand by: es necesario un
plan posterior para propiciar el crecimiento y sacar a flote la economía
española.
Lo que he intentado explicar en estos párrafos es
el plan que me parece más lógico. Por lo que respecta a aquellos que afirman
que la austeridad es la perdición de las finanzas de España, yo les quiero
preguntar: ¿Cuál es la alternativa? o mejor dicho ¿Existe una alternativa?
Muchos aseguran que lo que hace falta es detener
las políticas de austeridad e implantar únicamente planes de crecimiento. Sinceramente,
no he entendido nunca qué se entiende por “plan de crecimiento”.
La respuesta más extendida es que son medidas para
impulsar o estimular el crecimiento empresarial o de otros sectores. ¿Y ya
está? ¿Se soluciona la tan profunda crisis con incentivos a estos sectores? ¿De
verdad que a ningún economista de alto rango se le ha ocurrido o lo ha oído?
¿De verdad los políticos prefieren recortar (y perder votos) a impulsar a las
empresas?
Tras haber leído estas palabras, algunos pensarán
que hablo de medidas de crecimiento en ambos sitios, con austeridad o sin ella.
Es cierto: las medidas de crecimiento son políticas inevitables e
imprescindibles, pero sólo van a surgir efecto si antes se regulan las finanzas
y se salda gran parte de la deuda con austeridad. En caso contrario,
seguiríamos viviendo por encima de nuestras posibilidades y no terminaría jamás
de acumularse deuda: estaríamos como en 2007 pero en 2013.
Llegados a este punto, concluyo este post con mi final manifestación de soporte a las Medidas de Austeridad como herramienta para superar la pesadilla que estamos experimentando y para permitir el crecimiento de España.